Sin una caja de resonancia, el sonido producido por un instrumento eléctrico como un violín eléctrico o un violonchelo es seco y cerrado. Carece de consistencia porque desaparece el camino natural del sonido en el aire observado en un instrumento acústico. Por eso es importante trabajar el sonido para darle cuerpo y darle vida.
Con cientos de preajustes y efectos, los procesadores de efectos son las herramientas ideales para trabajar con el sonido de un violín y un violonchelo eléctricos.